La capacidad para afrontar las adversidades y conseguir adaptarnos bien a situaciones vitales graves saliendo fortalecidos de ellas es, en psicología, la definición de Resiliencia. Difícil de pronunciar, solemos referirnos a ella, cuando hablamos de personas, con frases hechas, “renació como el ave fénix”, “está como nueva”, “hay que seguir tirando del carro”, “resurgió de sus cenizas”, “ha sabido recuperarse después de…”

La muerte de un ser querido, la pérdida del trabajo, una enfermedad grave, un divorcio, nos desequilibran física y psicológicamente durante un tiempo que puede ser más o menos largo hasta que, por lo general, logramos sobreponernos y adaptarnos a los cambios que han traído esas situaciones a nuestra vida.

Los niveles más altos de estrés están relacionados con este tipo de vivencias y las emociones se desbocan apropiándose del control de nuestras vidas. Sobreponerse no es fácil y requiere un esfuerzo considerable.

La resiliencia es una capacidad innata en el ser humano y como capacidad que es, también puede desarrollarse y aprenderse.

Hay personas resilientes que ante acontecimientos graves se recuperan y continúan su vida y otras que no logran sobreponerse y se quedan atrapadas sin poder seguir, entre unas y otras están quienes logran recuperar la normalidad en apariencia aunque arrastran las consecuencias del daño sin saber desprenderse de él.

CARACTERÍSTICAS DE LAS PERSONAS RESILIENTES

¿Qué implica tener una buena capacidad de resiliencia? Podríamos resumirlo en:

  • Habilidades sociales (empatía, flexibilidad, sentido del humor, facilidad de comunicación, control de impulsos y emociones, sociabilidad)
  • Habilidades resolutivas (elaborar y planificar estrategias, búsqueda de ayuda, creatividad, identificar la causa del problema)
  • Independencia ( autoconocimiento, sentido de identidad, ser competente, confianza en sí mismo, capacidad de distanciamiento de mensajes y situaciones negativas, centrarse)
  • Expectativas de futuro favorables y realistas (metas, aspiraciones, optimismo)

BENEFICIOS DE LA RESILIENCIA 

Los beneficios que nos reporta la resiliencia son:

  • Tener una buena opinión de sí mismo
  • Ser más optimista
  • Afrontar desafíos
  • Salud física y mental
  • Satisfacción personal
  • Conseguir logros

CÓMO SER RESILIENTE

Qué contribuye a tener una buena capacidad de resiliencia:

  • Sentirse querido y apoyado
  • Saber administrar el tiempo, de esfuerzo y de descanso
  • Confiar en uno mismo y en la gente de su alrededor
  • Decidir afrontar los problemas buscando soluciones
  • Reconocer las emociones, dejando que afloren o apartándolas según la ocasión

Seguro que después de leer esto reconoceréis en alguna persona cercana estas características. Podría parecer que son personas afortunadas y lo son, aunque como ya hemos visto la resiliencia se aprende y se puede desarrollar. Si queréis hacerlo, no seáis ambiciosos, comenzad con alguna de las habilidades concretas e ir aumentando la práctica.

Aunque el concepto de resiliencia, es usado por psicólogos, asociado a eventos vitales negativos con un alto grado de gravedad, esta habilidad resulta muy útil en el día a día. Saber adaptarse a las situaciones y afrontarlas con optimismo nunca está de más.

Probadlo, ¡no seáis tímidos!

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Clara López, Psicóloga clínica y Sexóloga

Licenciada en Psicología. Master en Psicología Clínica y de la Salud (Certificación Sanitaria) y Master en Sexología y Terapia de Pareja. Imparte clases de educación sexual en IES de la Comunidad de Madrid y colabora puntualmente en selección de personal en la Junta de Andalucía. También interviene de forma esporádica en programas de radio y en prensa digital. Asimismo, es co-fundadora del espacio "Arte y Sexualidad", un proyecto innovador de talleres grupales que abordan la sexualidad desde la Arteterapia.

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