Los optimistas lo hacen mejor

Las personas pesimistas y optimistas se enfrentan a la vida de forma diferente. Desde distintas disciplinas se ha investigado cómo el optimismo está relacionado con mejores resultados en diferentes aspectos de la vida. Por ejemplo, se sabe que los optimistas tienen menos pensamientos ansiosos que los pesimistas, un nivel menor de autocrítica y son mejores resolviendo problemas. El optimismo se ha relacionado incluso con un mejor estado general de salud física. (Martínez-Correa, A., Reyes del Paso, G.A., 2006)

Parece que ser optimista puede facilitarnos la vida. Por suerte para nosotros, el optimismo no es innato, es una habilidad y, como tal, puede ser aprendida y mejorada.

En esta y posteriores entradas iremos viendo diferentes aspectos de los optimistas según la psicología de los que podemos aprender para que nuestro día a día sea más placentero.

EL OPTIMISTA BARAJA TODAS LAS OPCIONES POSIBLES

Muchas personas se sienten irritadas ante aquellos que son “demasiado optimistas”, pero eso se debe a la confusión entre optimista e idealista. Un optimista no es un iluso, no niega la realidad ni está ciego ante las desgracias de la vida. El optimista baraja todas las opciones disponibles sin importar cuán restringida sea una posibilidad.

PESIMISTA Y OPTIMISTA

Si los comparamos veremos que:

• El idealista se centra solo en los mejores aspectos de una situación e ignora los negativos, en total detrimento de la realidad.
• El pesimista no ve ninguna posibilidad o se centra sólo en los aspectos negativos de las situaciones. Su máxima es la famosa Ley de Murphy: “Si algo puede salir mal, saldrá mal”
• El optimista se esfuerza por ver todas las opciones de las que dispone, las negativas y las positivas. Valorando todas las posibilidades es capaz de encontrar la mejor opción y de prepararse por si las cosas no terminan tan bien como espera.

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